LA CASA DE LAS BRUJAS
En lo profundo del bosque, entre árboles retorcidos y sombras danzantes, se alza una casa de brujas. Sus paredes están cubiertas de hiedra negra y sus ventanas parecen ojos hambrientos que observan cada movimiento en la oscuridad. Se dice que ninguna luz puede penetrar sus muros, y que aquellos que se acercan demasiado nunca regresan.
Una noche de luna llena, un grupo de amigos curiosos decide desafiar las advertencias y explorar la casa de brujas. Armados con velas temblorosas y corazones llenos de valentía temeraria, se adentran en el bosque con la esperanza de descubrir los secretos oscuros que se esconden dentro de sus paredes.
A medida que se acercan a la casa, sienten un frío penetrante que les cala los huesos y escuchan risas malévolas que parecen susurrar desde las sombras. Ignorando su instinto de huir, cruzan el umbral de la casa y son envueltos por una oscuridad densa y palpable.
Dentro, encuentran pasillos retorcidos que parecen cambiar de forma ante sus ojos y habitaciones llenas de objetos antiguos y ominosos. Cada paso que dan parece llevarlos más profundamente en la telaraña de la magia oscura que envuelve la casa.
De repente, se dan cuenta de que no están solos. Las sombras cobran vida a su alrededor, tomando la forma de criaturas monstruosas que los persiguen con hambre voraz. Mientras luchan por encontrar una salida, descubren un sótano oculto lleno de grimorios prohibidos y calderos hirvientes.
Pero antes de que puedan escapar, son confrontados por la bruja que habita la casa, una figura envuelta en harapos oscuros y con ojos que brillan con un fuego sobrenatural. Con un gesto de su mano, convoca una tormenta de magia negra que los arrastra a un abismo sin fin, condenándolos a vagar por la casa de brujas por toda la eternidad, una advertencia para todos aquellos que se atrevan a desafiar el poder de lo oculto.