EL CHARRO NEGRO

En las vastas llanuras de México, se alza la figura oscura del Charro Negro, un espíritu maligno que cabalga a través de la noche en su caballo negro como el azabache. Se dice que el Charro Negro busca venganza contra aquellos que han infringido las leyes de la vida y la muerte, y que su presencia trae consigo una sensación de miedo y fatalidad.

Una noche, un grupo de amigos regresa a casa después de una fiesta en un pueblo cercano. En el camino, escuchan el sonido de cascos golpeando el suelo detrás de ellos, pero al mirar hacia atrás, no ven nada más que la oscuridad de la noche. Continúan su camino, tratando de ignorar la sensación de malestar que los envuelve.

De repente, el aire se llena con el sonido de un relincho escalofriante y el brillo de ojos rojos en la oscuridad. El Charro Negro emerge de las sombras, su figura espectral envuelta en un manto negro y su mirada fija en el grupo de amigos.

Con un estallido de terror, intentan huir, pero el Charro Negro los persigue implacablemente, su risa macabra resonando en sus oídos como un eco de la muerte misma. Uno a uno, los amigos caen presa de su ira, arrastrados al inframundo por los pecados de su pasado.

Al amanecer, solo queda uno de ellos, temblando y traumatizado por lo que ha presenciado. Jurando nunca olvidar la terrorífica noche en la que se cruzó con el Charro Negro, se convierte en un testigo silencioso de los peligros que acechan en las sombras de la noche, una advertencia para todos aquellos que se aventuren más allá de los límites de lo conocido.