MINOTAURO
En un tranquilo pueblo rodeado de colinas verdes y praderas ondulantes, se cuenta una leyenda sobre un Minotauro que deambula por los campos durante las noches de luna llena.
La historia comienza con un joven pastor llamado Miguel, quien se encargaba de cuidar el rebaño de ovejas de su familia en las afueras del pueblo. Una noche, mientras reunía a las ovejas para llevarlas de regreso al establo, Miguel se perdió en la densa niebla que cubría el campo.
A medida que la niebla se espesaba, Miguel comenzó a escuchar un sonido siniestro que resonaba en la distancia. Intrigado, decidió seguir el sonido, pensando que tal vez era uno de sus compañeros pastores. Pero a medida que se adentraba más en la niebla, el sonido se volvía más ominoso, lleno de un eco sobrenatural.
De repente, emergió de la niebla la figura imponente de un Minotauro, pero en lugar de ser una criatura feroz y temible, este Minotauro parecía estar perdido y confundido. Sus ojos reflejaban la luz de la luna con una tristeza profunda, y sus pasos eran vacilantes y desorientados.
Miguel, aunque lleno de miedo, se acercó al Minotauro con cautela, ofreciéndole ayuda. Para su sorpresa, el Minotauro aceptó la ayuda de Miguel, explicando que había perdido su camino en el campo y no podía encontrar el camino de regreso a su hogar.
Juntos, Miguel y el Minotauro trabajaron para encontrar el camino de regreso al pueblo, sorteando los peligros del campo y enfrentando los desafíos juntos. A medida que el sol comenzaba a salir en el horizonte, el Minotauro finalmente encontró el camino de regreso a su hogar, agradeciendo a Miguel por su amabilidad y compasión.
Desde entonces, Miguel se convirtió en una leyenda en el pueblo, recordado por su valentía al ayudar a un ser que otros temían. Y aunque la historia del Minotauro aún se cuenta en las noches de luna llena, ahora se cuenta con un tono de respeto y compasión, en lugar de miedo y terror.